domingo, 23 de septiembre de 2012

Batido energético "Popeye"


Se acabó el verano y llega el otoño: toca limpieza estacional. Para afrontar tan dura tarea Florita se ha preparado para desayunar un batido contundente, receta de Jeremy para los días de Body Pump. Ha movido muebles, podado las plantas de la terraza, tirado comida caducada, luchado contra pelusas gigantes que reclamaban su territorio (es que Florita es más curiosa que limpia) y para terminar ha guardado la ropa de verano del armario y ha sacado los trenchs, jerseys y medias de otoño. Cuando ha terminado con tan ardua empresa, se ha dejado caer en el sofá del salón, de cuero marrón, desfallecida. El descanso le ha durado muy poco, el teléfono ha comenzado a sonar y Florita, haciendo un tremendo esfuerzo, se ha levantado a cogerlo. ¿Florita? Hola, soy Pablo, no sé si te acuerdas de mí, nos conocimos el día de la entrega de premios de tu revista. ¡A Florita casi le da un soponcio! No había vuelto a saber de Pablo desde aquel fatídico día en la entrega de premios, en que el mal aliento y la falta de un cepillo de dientes se confabularon para impedirla conocer al Príncipe Azul de sus sueños. Han quedado a tomar un café (Florita, previsora se ha agenciado un spray de menta y cuatro rollos de hilo dental) el tema es que, cuando ha querido ponerse algo vistoso, se ha encontrado con el armario repleto de ropas de corte invernal. ¡Qué más da! Pasar un poquito de calor no hace mal a nadie, así con suerte pierdo unos kilitos en el camino, se ha dicho a sí misma. Se ha puesto un jersey de cuello cisne, la falda escocesa de lana y ha puesto rumbo hacia el café donde había quedado con el futuro padre de sus hijos. A medio camino, y con el termómetro marcando 35 grados a causa del Veranillo de San Miguel, Florita ha empezado a sudar a chorros (un problema un tanto recurrente en su vida) por lo que ha intentado aflojarse el cuello del jersey. Un poco más adelante, no podía casi ni respirar. Lo último que ha visto ha sido el letrero de la cafetería, tras lo cual, todo se le ha ido a negro hasta que ha despertado, cegada por los fluorescentes del hospital, mientras unas enfermeras la despertaban pasándole un frasco de sales por debajo de la nariz.

INGREDIENTES (por persona)
-1/2 aguacate
- Un plátano maduro
- Una taza (de las de café) de copos de avena
- 1/2 vaso de leche fría (de nevera)
- Dos cucharadas de concentrado de jugo de caña de azúcar (o azúcar moreno)
- Una pizca de azúcar avainillado



PREPARACIÓN

Ponemos los copos de avena en remojo con la leche y el jugo de azúcar en un vaso de batidora. Cuando se hayan reblandecido un poco añadimos el aguacate, el plátano y la pizca de azúcar avainillado y batimos bien hasta que quede una textura uniforme, se puede añadir más o menos leche según se quiera de líquido. Servimos en el momento (es importante que la leche esté muy fría).

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Florita va de exposición


Florita, busca en el desván, entre sus trastos viejos. No puede disimular la emoción. Sus tías Elisa y Encarnita, le han escrito para anunciarle que vuelven a Madrid. Tía Elisa está en Egipto, restaurando una de las paredes de la tumba de Tutankamón, donde creen haber descubierto un antiguo fresco de Goya tras una capa de pintura sintética. Tía Encarnita, en Alaska, participando en el mayor concurso de esculturas de hielo, con el problema añadido de que están en plena ola de calor siberiano.
El caso es que se van a reunir con sus antiguos compañeros de clase de Bellas Artes. Para ello tienen previsto montar una exposición con sus mejores obras, el 4 de octubre en la Casa de Cultura de Majadahonda y, como favor personal, le han pedido a Florita que traiga algún pequeño cuadro de mercadillo, que tenga a mano, por si no tienen suficiente obra para rellenar. Florita duda entre varias obras de arte adquiridas a lo largo de los años en diversas tiendas de chinos, mercadillos de viejo o herencias de parientes. Finalmente se decide por un Renoir, que, aunque viejo y polvoriento, tras una buena limpieza con la bayeta mágica y mucho Mistol, quedará como nuevo. Al día siguiente, Florita queda con sus queridas tíitas para ayudarlas a montar la exposición. Tras abrazos y regalos, uno a uno van colocando los cuadros, esculturas y grabados en las paredes y vitrinas de la sala de exposiciones. Encarnita y Florita charlan distendidamente cuando de pronto, escuchan un grito seguido de un golpe. Al girarse, descubren con horror a Elisa desmayada en el suelo con el Renoir de Florita aferrado entre las manos.













Exposición Alumnos de Bellas Artes
Promoción del 77
Inauguración Jueves 4 de octubre a las 20h
Casa de la Cultura Carmen Conde
Majadahonda · 28220 Madrid

viernes, 7 de septiembre de 2012

Paella con vistas al Delta del Ebro

Florita subía las escaleras con la compra, cuando ha oído que sonaba el teléfono en su piso. Saltando los escalones de dos en dos, ha soltado las bolsas donde ha podido y ha hecho malabarismos con el teléfono inalámbrico para que no se le cayera al suelo. Era Pepi. Hablaba como si alguien le estuviera apuntando con una pistola. "Adivina quieeeén acaba de presentarse en mi casa". Resulta que el simpático grupo de alemanes que ambas habían conocido durante sus maravillosas vacaciones en la Costa de la Luz, Hans, Albert, Rudolf y Peter, se encontraba de ruta por España, y "por pura casualidad" habían acabado en la casa de Pepi, en Tarragona. Con cara de perrillo abandonado, le habían pedido que si, porrr favorrr porrr favorrr, les dejaría hospedarse un par de noches, para que pudiesen conocer la cultura y el ambiente autóctono. Antes de que Pepi dijese nada, Florita ya había hecho su mini maleta de urgencia y había puesto rumbo a la tierra del Cava en su mini descapotable. Tras más de cuatro horas de viaje, ha llegado por fin a casa de Pepi y se ha encontrado al grupito bávaro sentado a la mesa, cubiertos en mano, esperando a que ésta les sirviera su famosa paella. Pepi ha lanzado una mirada de "los mataré" a Florita, y, ante el temor de que pudiera hacer alguna locura con la paellera, Florita ha servido cava a los allí presentes (ellas dos, incluidas) para destensar el ambiente. El resto de la comida ha transcurrido sin más incidentes, entre risas y cava. Incluso, Lula, la perrita de Pepi se ha animado ante semejante ambiente festivo y de cuando en cuando soltaba un alegre ladrido.
¡Otrrrra de cava!- gritaban los teutones con las mejillas más rosas que Heidi. Y, cuando se ha acabado el cava, han empezado a aporrear la mesa con los puños gritando al unísono: ¡Sangrila! ¡Sangrila! ¡Sangrila! Pepi y Florita se han mirado confusas sin saber si se referían a la bebida afrutada, al paraíso terrenal del Himalaya o a ambos. En esto que ha aparecido por la puerta Peter con un gran cubo lleno del ansiado brebaje y para servirlo ha usado una sopera de plata de Pepi a modo de cucharón. Como era de esperar, tamaña melopea no podía quedar sin consecuencias, así que los alemanes hartos de permanecer sentados y formales y, ante el estupor y asombro de Pepi y Florita (aunque ambas se han tapado "casi" a tiempo los ojos) se han despelotado y se han tirado en bomba a la piscina provocando una escandalera que, unida a los ladridos de Lula y a los gritos de Pepi y Florita han hecho que vinieran los vecinos, la policía municipal y la prensa local.

INGREDIENTES
para el fumet de pescado
- 1 kg de pescado de roca (puede ser también rape, merluza...)
- 1/2 cebolla
- 2 dientes de ajo
- Unas ramitas de perejil fresco
- 2 tomates medianos maduros
- Aceite de oliva
ELABORACIÓN
Se ponen a cocer las cabezas de pescado y sus raspas que hacen un caldo muy bueno. Para el sofrito, la cebolla, los dientes de ajo, el perejil y los dos tomates se trituran en la minipimer; en una olla alta se echa un generoso chorro de aceite y en cuanto esté caliente se incorporan los ingredientes triturados que tienen que estar unos 10 minutos a fuego medio, removiendo de vez en cuando. Luego se echa el pescado, y se remueve para mezclarlo bien todo y a continuación, se pone el agua de hervir las cabezas y espinas, hasta cubrirlo, más o menos 2 litros, se deja hervir durante media hora más. Para terminar, se pasa el caldo por un colador y se reserva.
INGREDIENTES
para la paella (cuatro o cinco personas)
langostinos (los de San Carlos, o del Delta son excelentes), dos o tres por comensal
4 o 5 cigalas medianas
4 calamares frescos, no muy grandes
15 cangrejos de mar
1/2 pimiento rojo cortado en cuadritos
y por último un sofrito, igual que el del caldo, pero éste en más cantidad, un poco más del doble.
Azafrán o colorante alimentario
ELABORACIÓN

En el aceite caliente de la paellera, se ponen todos los crustáceos y se hacen por ambos lados. Cuando estén, se retiran y reservan. A continuación, el calamar troceado en anillas, las patitas, tal cual y el pimiento. Cuando esté bien sofrito se echa el arroz, una medida por persona (una taza de las de café), se sofríe el arroz con el calamar y el pimiento durante un minuto, siempre removiendo para que no se pegue y se añade el caldo que se tendrá hirviendo, esto es importante. La cantidad de caldo, es el doble que la de arroz, es decir, en vez de una taza como medida, dos por cada taza de arroz y una más de regalo, sal al gusto, azafrán y como toque personal, pimienta negra molida.
El tiempo de cocción, no debe ser más de quince minutos, (entre trece y quince) pues el arroz tiene que estar al "dente". Durante la cocción del arroz, no se remueve, pero de vez en cuando se da unos "meneítos" (con amor) a la paellera, cogiéndola por sus asas. Cuando falten cinco minutos para que el arroz esté listo, se incorporan todos los crustáceos y a los quince minutos en total, se apaga el fuego y se deja reposar unos ocho minutos. Y ya está, lista para comer.
También se pueden poner almejas y mejillones, a gusto del consumidor.


lunes, 3 de septiembre de 2012

Milhojas de tomate, mozarella y tapenade


Hoy lunes de vuelta al gimnasio, Florita se ha encontrado con la peor de sus pesadillas, ¡control de daños postvacacionales!. Jeremy, su entrenador personal, ha traído una báscula digital y uno a uno ha obligado a todos los clientes del gimnasio a pesarse ante la cruel mirada del resto. Cuando le ha llegado el turno a Florita, se ha puesto tan nerviosa que los pies le han empezado a sudar a mares (como le pasa siempre que se pone nerviosa) solo que esta vez, al estar descalza, el sudor ha empezado a chorrear por la báscula que, como era digital, ha empezado a parpadear y a oler a chamusquina. ¡Fuego! Han gritado de pronto los allí presentes. Florita se ha mirado los pies y, efectivamente, la báscula había pegado un chispazo y empezado a arder. Jeremy ha tenido que romper el cristal del extintor y cual Rambo en Vietnam se ha puesto a disparar espuma a diestro y siniestro. ¡No siento las piernas! ¡Ahhhhh! El caos total. Las señoras que habían acudido a una sesión de body bump han acabado nadando entre espuma tratando de no ahogarse, la clase de yoga ha quedado cual Pompeya tras la erupción del Vesubio, todos encajados en la postura karnapidasana, a los musculitos de la sección de culturismo se les ha desteñido el bronceador falso... y Florita, muerta de la vergüenza se ha escabullido silenciosamente a su casa, eso sí sin olvidarse de coger su toalla y cinta del pelo.
Tras el susto, y para terminar de reponerse, Florita se ha preparado un tomate relleno, ligero, eso sí, para dar comienzo a su dieta otoñal.

INGREDIENTES (por comensal)
- Un tomate de ensalada, grande y lustroso 
- Una bola de mozzarella fresca de búfala
- Un puñado de aceitunas negras griegas
- Un chorro de aceite de oliva virgen extra
- Un manojo de albahaca fresca
- Sal y pimienta recién molida

PREPARACIÓN
Pelamos el tomate con un pelador o escaldándolo (echamos el tomate un minuto aproximadamente en agua hirviendo con sal). Dejamos enfriar en el frigorífico durante aproximadamente media hora.
Cortamos el tomate en capas horizontalmente (de tal forma que al ponerlas una encima de la otra podamos reconstruir el tomate). Loncheamos la mozzarella y preparamos una pasta de aceitunas batiéndolas en la mini pimer.
Montamos el tomate, siguiendo el orden tomate- mozzarella- pasta de aceitunas.
Llenamos un biberón de salsa que previamente habremos preparado con el aceite de oliva y la albahaca fresca. Salpimentamos el tomate y adornamos con el aceite aromático.